Medichem – Los primeros 50 años
por Alberto Stampa
When a small group of people is enthusiastic about an idea, fights for it and pursues it with tenacity and persistence, and when that small group is truly involved in the realization of that idea, most of the time they succeed and make their dream come true. And this was the case with Medichem, something that, given it emerged from nothing, makes me very happy.
I have had these children’s drawings for the cover of this book hanging in my work space at home for almost 50 years. They were done by my son José Luis when he was still a child, and when we still had the factory in Santa María de Montcada. At that time, I had a blue car, the train passed behind the small building, which I rather pompously called a factory, and there was also a well. What is incredible is José Luis’ drawing of the large factory, which was not even planned at that time, let alone designed. The drawing anticipated the shape of warehouse 1 of the Celrà factory, built in 1979, which began operating in 1980. Premonition? Sometimes the prediction of what is unpredictable comes to pass…
Since I started out as an entrepreneur, I have opted for discretion, for a low profile, so I use the word success with some discomfort, because I don’t like to boast and because many others do it much better than me. But if I look back and remember how we started, practically from nothing, and consider how far we have come, it seems to me an irrefutable fact that Medichem has been, above all, a success story. It is quite simply a feat to have stayed alive as a Company for 50 years, because more than 90 percent of the customers and pharmaceutical laboratories from the time we set out no longer exist. They either disappeared, merged with others or were absorbed by larger companies.
When I founded Medichem in 1971, it was that spirit or attitude that spurred me on and ignited the spark that got the Company underway. That spin on things also made it possible for us to take off internationally and to grow gradually, from the first employee at the outset to our current staff. The fact is that Spain in those early years in the 1970s represented only 3% of the world Market for pharmaceutical products and, with that glass-half-full or optimistic-shoe-salesman’s mindset, I thought: “Fantastic, there is 97% where we can sell; let’s go for that 97%. Let’s sell to the rest of the world.”
Medichem currently offers a portfolio that includes 57 product lines in 50 countries on five continents and sells to more than 300 customers.
Cuando un pequeño grupo de personas se entusiasma con una idea, lucha por ella y la persigue con tenacidad y persistencia. Cuando ese pequeño grupo se implica de verdad en la materialización de esa idea, la mayoría de las veces logra triunfar y alcanzar su sueño. Y este fue el caso de Medichem, especialmente por el valor que tiene el haber surgido de la nada. Me hace muy feliz.
Hace casi 50 años que tengo colgados estos dibujos infantiles de la portada en mi rincón de trabajo en casa. Los hizo mi hijo José Luis, entonces un niño, cuando todavía teníamos la fábrica en Santa María de Montcada. Efectivamente, yo tenía un coche azul, el tren pasaba por detrás de la pequeña nave a la que, pomposamente, yo llamaba fábrica y había también un pozo.
Lo increíble es el dibujo de la fábrica grande que ni siquiera estaba entonces planificada y menos aún diseñada y que se anticipó a la forma de la nave 1 de la fábrica de Celrà, construida en 1979 y que empezó a funcionar en 1980. ¿Premonición? A veces el impredecible azar se cumple…
Desde que me inicié como empresario he optado por la discreción, por no figurar, así que digo éxito con cierta incomodidad, porque no me gusta alardear de nada y porque muchos otros lo hacen mucho mejor que yo. Pero si miro atrás y recuerdo cómo empezamos, prácticamente de la nada, y hasta dónde hemos llegado, me parece un hecho irrefutable que Medichem ha sido, sobre todo, una historia de éxito. Simplemente el habernos mantenido con vida como Empresa durante 50 años tiene algo de proeza, porque más del 90 por ciento de clientes y laboratorios farmacéuticos de la época de nuestros inicios ya no existen. O bien fueron desapareciendo o bien fueron absorbidos por compañías más grandes o terminaron fusionándose con otras.
Cuando la fundé, en 1971, ese espíritu o esa actitud fue lo que me estimuló y lo que prendió la chispa que hizo que la Compañía se pusiera en marcha. Esa forma de interpretar las cosas también hizo posible nuestro despegue internacional y que creciéramos poco a poco, desde el primer empleado (cuando empezamos) hasta nuestra actual plantilla. El caso es que España en aquellos primeros años de la década de los Setenta sólo representaba el 3% del mercado mundial de productos farmacéuticos y, desde esa óptica del vaso medio lleno o del vendedor de zapatos optimista, pensé: «Fantástico, hay un 97% donde podemos vender, vamos a por ese 97%. Vamos a vender al resto del mundo».
Actualmente Medichem oferta un catálogo que incluye 57 familias de productos en 50 países de los cinco continentes y vende a más de 300 clientes.
